Hoy en día, los niños tienen unos hábitos de estudio inadecuados que generan la incomprensión de la materia que se estudia y derivado de ello, las bajas calificaciones a lo que a notas se refiere.
En una encuesta realizada por la Fundación Antena 3 y con la ayuda de Demoscopia sobre los hábitos de estudio de los escolares españoles, realizada en niños de entre 8 y 16 años, se encuentran resultados preocupantes. Niños que estudian con la televisión o el ordenador, otros escuchando música. La concentración en estos casos no se consigue de manera óptima.
Por tanto, ¿quién tiene la culpa de estos malos hábitos? ¿se la echamos al profesorado?
Desde mi punto de vista, la culpa la tienen los padres, ya que son los que tienen el mando sobre los niños, los que deben educarles a hacer las cosas de una forma u otra. Tampoco creo que sea bueno, que un padre esté insistiendo constantemente en estudiar y trabajar, porque cuanto más veces le dices algo a un niño menos caso te hacen. Pero pienso que los hábitos de estudio se enseñan desde el seno familiar y es ahí donde surge el problema. Por mucho que los profesores dediquen horas de su trabajo a ayudarles con métodos de estudio, es en casa donde de verdad se estudia y por tanto se ve (o veo) imprescindible la labor de los padres.
En mi caso, mis padres me han enseñado a estudiar y trabajar en mi cuarto y en el descanso o cuando ya tenía hechos los deberes ponerme en la tele o en Internet. Este último se ha potencializado en gran medida y aunque para muchas cosas es bueno, pienso que te quita mucho tiempo, que se podría utilizar en otras cosas más valiosas. (Y lo dice una que se engancha fácilmente a las redes sociales, jeje)
Lo importante es saber organizar el tiempo para que dé tiempo tanto de estudiar y trabajar como de navegar por Internet o salir con los amigos….
Entonces y finalizando con esta entrada, ¿el fracaso escolar a qué se debe? Espero vuestras opiniones…
En esta entrada me centro en los malos hábitos de estudio, pero también he querido plasmar que éstos dan lugar en gran medida al fracaso escolar. Por ello, nombro al profesorado, no tanto por tener la culpa de los malos hábitos adquiridos por los niños, sino más por la culpabilidad que se les echa en cuanto al fracaso escolar. Quizás no he reflejado bien la idea en la entrada y he mezclado diferentes conceptos, pero de todas formas pienso que una mala concentración conlleva a no entender la materia y por tanto a la mala calificación de la misma. Entonces, ¿por qué se le echa parte de culpa al profesorado de las malas calificaciones y del fracaso en la educación española?
ResponderEliminarMira que eres cabuda jeje.
ResponderEliminarTienes razón en que malos habitos de estudio pueden derivar en un peor rendimiento y en última instancia a un fracaso escolar. De todas formas no estoy de acuerdo en que sean los profesores los responsables de los hábitos de estudio. Los docentes pueden recomendar técnicas de estudio o fomentar buenas conductas, pero en este caso creo que es la familia y el entorno más próximo los máximos responsables de ello.
Un saludo Elena y enhorabuena por tu blog¡¡
Estoy deacuerdo contigo Elena,creo que los excesos es lo que perjudica la concentración.
ResponderEliminarMe explico, tan malo son los padres que pasan de sus hijos que ni siquiera le preguntan si tienen que hacer deberes o si tienen algun exámen o simplemnte que han hecho ese día, como aquellos que estan superencima de los hijos que no les dejan respirar, aunque siempre mejor que sobre a que falte.
Se le tiene que dejar la responsabilidad a cada uno de ser consciente de que tiene que hacer las cosas bien ya sean deberes o estudiar, y si no lo hace , pues quitar alguna distracción.
A mí de pequeño me hacían que cada hora que jugara a la playstation, tuviera que hacer una hora de lectura, por desgracia no dure mucho y la play gano la batalla. Pero ahora leo más que juego a la play.
Los problemas complejos requieren pensamientos complejos. Más que de culpa, creo que resulta productivo hablar de responsabilidades. Y más de de soluciones, prefiero hablar de compromisos para intentar mejorar. Ánimo de cara al segundo cuatrimestre!
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