martes, 12 de octubre de 2010

Comentario acerca de la película “La clase” de Lauren Cantet.

Una vez vista la película, siendo sincera, se me han ido (un poco) las ganas de ser profesora en un instituto. Pero realmente, esta película refleja lo que se vive día a día en las aulas y que cuando somos alumnos quizá no nos damos cuenta.

Suleiman en clase
La película me ha sorprendido porque queda muy abierta, yo pensaba que al final se solucionaría el problema con “Suleiman”, que se profundizaría en su caso, pues no me parece una buena solución echarlo del centro sin más. Hay que buscar más allá de los alumnos para encontrar el punto que confirma el por qué de su comportamiento y a partir de ahí buscar soluciones para cambiarlo. Es un trabajo extra, que no tiene por qué realizarlo el profesor o tutor del alumno, pero para eso está el papel del orientador/psicólogo que existe en cada centro y que seguramente solucione los problemas de este tipo. Muchos de los alumnos conflictivos en clase, deben su comportamiento a su educación familiar, a su nivel de vida, a su grupo de amistades…

Veo muy importante la decisión de los profesores de reforzar negativa o positivamente a los alumnos, así como no veo adecuado echar directamente del centro, aunque sí realizarle algún castigo no tan severo. En el caso del refuerzo positivo (aunque sólo sean ánimos) estoy totalmente de acuerdo que cuando algo se hace bien (tanto si es un alumno bueno u otro menos bueno) tenga su reconocimiento, ya que esto motiva y hace sentir bien al alumnado.

En cuanto a los profesores que se dan por vencidos, pienso que tienen que dar más de sí en sus clases, proponer actividades (relacionadas con la materia) que resulten divertidas y entretenidas, aunque no me cabe la menor duda de que es complicado llevar a una clase así, pero si logras entender y conocer a los alumnos y que poco a poco vayan mejorando tanto su comportamiento como su nivel académico, esto tiene que ser muy gratificante para el profesor. Hay que tener claro que rindiéndose no se va a solucionar nada. Por todo esto veo muy buena la posición que toma François como profesor, de tomarse las clases con calma, intentar solucionar los conflictos (aunque a veces sienta que no pueda más) y sobre todo ver el lado positivo de las cosas.

También me ha sorprendido (aunque en Francia es ya normal) que haya tanta diversidad de etnias en las clases. Pienso que es algo más complicado impartir clases así, ya que cada uno tiene su propia cultura y por tanto distintos puntos de vista y diferentes ideologías. Pero todo consiste en ADAPTARSE a lo que sucede y crear un buen ambiente en donde todos formen un gran grupo, en el que puedan aportar sus ideas, siempre respetando la opinión de los compañeros.

Muchas escenas de la película me ponían de los nervios, por ejemplo cuando todos hablaban a la vez o reprochaban y contestaban al profesor (Esmeralda una de ellas), pero tal vez es porque yo tengo un buen recuerdo de mi paso por el instituto y en ningún momento he contestado mal a un profesor, ni he tenido comportamientos semejantes a los que tienen algunos personajes de la película, y esto no quiere decir que fuera una alumna excelente, pero desde un primer momento me han enseñado que hay que ser educada y respetar a los demás.


Con esta película he llegado a la conclusión que todos aquellos que en el futuro nos queremos dedicar a la enseñanza, vamos a encontrarnos con situaciones similares, y que se nos puede hacer cuesta arriba pero seguro que si damos todo de nuestra parte, nos sentiremos mucho más orgullosos y con ganas de seguir que si por el contrario nos plantamos en mitad del camino. Lo importante en esta vida es ser feliz con lo que haces y sacar la parte positiva de todo lo que nos pasa.

1 comentario:

  1. Muy interesante. Estoy de acuerdo. La pelíclua retrata la complejidad de la edcación. Los educadores, por muy bienintencionados u optimistas que sean, a menudo se encuentran atrapados en esa telaraña. ¿Qué puede hacerse? Primero ser consciente. Y a eso ayuda la película. Luego, lo que se pueda... pero siempre intentando hacer lo mejor, y hacerlo mejor.

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