En esta entrada cuelgo los resúmenes tanto del prólogo como del segundo capítulo del libro de Fernando Savater: "El valor de educar"
PRÓLOGO
Hoy en día la escuela es señalada como correctora necesaria de todos los inicios e influencias culturales con una minusvaloración del papel social de maestros y maestras. Los profesores son considerados en esta sociedad como gente incapaz de realizar una carrera universitaria completa y se les tiene un poco al margen debido a que las mayores inversiones que ofrece el Estado van dirigidas a las enseñanzas superiores.
Si a los profesores se les considera “fracasados”, también habrá que considerar a la sociedad como un fracaso ya que es desde pequeños cuando debemos aprender y formarnos como personas en la sociedad donde vivimos, adquiriendo unos valores que nos ayuden a desenvolvernos en ella. Por este motivo es tan importante tener una educación, sea buena o mala, porque siempre se sacarán aspectos positivos que ayudarán al individuo para saber enseñar mejor de la ecuación recibida.
En nuestro siglo existe una crisis actual educativa y este problema no se produce únicamente por el fracaso de los niños, ni por que la escuela no cumpla con su deber, sino que el problema realmente lo encontramos en la preparación de aquellos maestros/as que van a educar en la escuela. Para comprender mejor el desconcierto que actualmente hay en la educación hay que acudir a la filosofía, porque hacernos intelectualmente dignos de nuestras perplejidades es la única vía para empezar a superarlas. Pues hay que tener en cuenta la pedagogía, que está directamente relacionada con la educación.
CAPÍTULO 2
Para llegar a ser un hombre, no sólo basta con nacer, sino que es muy importante y necesario el aprendizaje a través de la comunicación con el resto de semejantes que hay en la sociedad. Estamos programados para adquirir destrezas que sólo nos pueden transmitir los demás.
Lo primero que la educación transmite es que no somos seres únicos, necesitamos del intercambio con los demás. Lo segundo es que no somos iniciadores de nuestro mundo, no lo hemos creado nosotros. Los dos descubrimientos que le abren la vida al ser humana son la sociedad y el tiempo. El primero viene a decirnos, que aprenderemos y nos desenvolveremos de una forma u otra según en que sociedad hayamos crecido, y que probablemente sea diferente a la de muchas otras personas de distintos países. En cuanto al tiempo, es obvio que la educación está ligada al tiempo, ya que nos transmite información detallada y completa de todo lo pasado, de ahí la frase lo primero para educar es haber vivido antes que ellos. Este concepto sobre el tiempo son indica que todos los hombres somos capaces de enseñar algo a nuestros semejantes.
El hecho de que cualquiera sea capaz de enseñar algo no quiere decir que cualquiera sea capaz de enseñar cualquier cosa. No todo puede aprenderse en casa o en la calle, entonces, ¿qué es lo que puede enseñarse y debe aprenderse?
Debemos distingues los conceptos, educación e instrucción, que aunque en muchas ocasiones, como en la sociedad de la Antigua Grecia , se hayan dado por separado, hoy en día tenemos que admitir que un término depende de otro, sino, ¿cómo se educa sin instruir? John Passmore separa las capacidades en abiertas y cerradas. Las cerradas, tales como leer, andar, vestirse…, una vez adquiridas ya se sabe todo al respecto sobre ellas y no hay más progreso. En cuanto a las abiertas, son de dominio gradual e infinito, como razonar, pensar, pintar, escribir poesía… éstas nunca pueden ser ominadas de forma perfecta, su pleno dominio nunca se alcanza.
La habilidad de aprender es una capacidad abierta, quizá la más necesaria. Lo más importante es enseñar a aprender, pues no sirve de nada la mera memorización de datos. La educación por tanto, es una capacidad abierta y la instrucción una capacidad cerrada. Para una buena educación, no es suficiente con instruir, también la educación deberá incorporar la formación de la personalidad del individuo.
Existe un currículum oculto, ya que se transmite información sin que se haya explícito por la propia institución. Otra tarea que lleva a cabo la enseñanza es promover modelos de excelencia y pautas de reconocimiento que sirvan de apoyo a la autoestima de los individuos.
"Dime algo y lo olvidaré, enséñame algo y lo recordaré, pero hazme partícipe de algo y entonces aprenderé"